Guisos, parrillas de carnes, cervezas y vinos que salen de lo habitual… el restaurante San Antonio reabre como La Ibérica.

 

En la acera, una gran marquesina de madera espera a ser colocada sobre la puerta del número 9 de la plaza de San Antonio. La licencia para colocar esa estructura es una de las herencias que el restaurante San Antonio ha dejado a La Ibérica; les han asegurado que son el único restaurante de Cádiz que tiene permiso para ponerla. El antiguo negocio de Antonio de María dejó atrás muchos años de historia, un mueble plateado que ahora es verde y unas contundentes vajillas almacenadas en el almacén, que ahora pasan a la vida activa.

Los hermanos Ángel y Pedro Cordón Rodríguez han transformado este espacio para convertirlo en un restaurante que busca diferenciarse de la oferta del entorno. No son novatos: tienen experiencia en la hostelería, en los últimos años en el establecimiento del mismo nombre que estaba en la zona de Los Balbo -también en la capital gaditana- y que han cerrado para abrir en el centro.

El letrero en el interior del establecimiento. Fotos de Cosasdecomé

El nuevo local se ha estrenado en la Ostinada -el 16 de febrero-, aunque la apertura oficial al público es dos días más tarde, el martes 18. Pedro muestra la parrilla de la cocina: las carnes son una de sus especialidades. Trabajan muchos cortes «de ibérico de bellota de verdad», y también carnes como el jabalí o el venado. Destaca también los guisos de carne, al que siempre dan un toque propio. Pone como ejemplo el menudo, que es «de los que se quedan pegados a los labios» y que está basado en un plato malagueño, el guiso de patas, que conocen debido a que su padre es de un pueblo de la Sierra de la provincia vecina. Este guiso lleva manitas de cerdo, orejas y rabo. Una vez preparadas, se guisan como si fuera menudo. Además de por las carnes, quieren apostar por marisco seleccionado, así como por el pescado fresco que irá cambiando según lo que haya en el mercado y se ofrecerá fuera de carta. Lo que aún está por ver es si harán caracoles en temporada, que sí tenían en Los Balbo.

Las elaboraciones se sirven en tapas o medias raciones «a precios razonables; son tapas generosas de con productos de buena calidad. Queremos hacer una cocina humilde y honesta». Pone como ejemplo las tapas, que estarán entre los 2,5 y los 4,5 euros. En este establecimiento, que contará con terraza, también se podrá desayunar.

Vinos y cervezas

Los vinos, junto a las dos cavas.

Los hermanos han querido apostar por una selección de cervezas y vinos diferenciada. Tienen cinco grifos: de Estrella del Sur, Voll Damm, Free Damm (sin alcohol), la IPA Complot y la tostada valenciana Turia.

Dos cavas situadas a la derecha de la puerta ya anuncian que allí se toman los vinos en serio. Los hay de la provincia, pero en su versión sanluqueña: manzanilla La Kika y San León, vermut Pedro I, el moscatel de Argüeso… De otras denominaciones de origen, como Ribera del Duero, tienen Lambuena (incluido el Vino Viejo), y el Rioja, Castillo de Laserna y Elatos.

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