La Casa da las Tartas de Chiclana nos enseña cómo elabora sus famosos pollitos de merengue.

 

Es el pollito más dulce: el cuerpo está hecho de merengue, y los ojitos de chocolate. Son los que más llaman la atención de los niños, y se han convertido en toda una tradición en La Casa de las Tartas de Chiclana.

Padre e hijo, con una bandeja de pollitos. Fotos de Cosasdecomé.

El primero que las hizo en este establecimiento fue su fundador, Manuel González Garabito, que vio estos dulces hace décadas en un escaparate de Cádiz, cubiertos de chocolate y decidió crear su propia versión. Manuel padre aprendió el oficio en la pastelería El Castillo de San Fernando con un maestro que era de Cádiz, Ramón Ocaña, que montó en Cádiz la Pastelería El Cisne. Luego pasó por la plaza de la Catedral de Cádiz, y estuvo durante nueve años con Pedro Hidalgo en la pastelería Casa Hidalgo. Posteriormente también trabajó por las tardes en La Chiclanera y La Puertorrealeña. Hay un momento que marca el rumbo de su vida profesional. Se trata de un contacto que hizo en Chiclana con un sueco que veraneaba en Conil, el cual le propone irse a Suecia para trabajar en una pastelería durante los cuatro meses de verano. Esta experiencia ha inspirado algunos de sus dulces.

Ahora es su hijo, también Manuel González, el que sigue sus pasos al frente de la pastelería. Los pollitos se elaboran en el obrador de la calle del Águila de Chiclana. La bases de los pollitos son unas galleta que van sacando del horno y colocan en una bandeja mientras se elabora el merengue. Cuando este está listo se introduce en la manga pastelera. Lo primero es dar forma al cuerpo del pollito. Con un golpe suave de muñeca se crea la forma del cuello, y con otro algo más rápido, la cabeza y el piquito. El siguiente paso, una vez creada la base de la figura, es ponerle -también con la manga- las alas y las colitas.

Ahora tenemos ya unos pollitos reconocibles, pero blancos. Hay que darles un baño de color, y para ello se cogen por la base de galleta y se introducen boca abajo en un baño de gelatina de manzana caliente. Ya amarillitos, sólo les faltan los detalles finales, que se aplican con sendas mangas pasteleras de boca chiquitita: los ojitos de chocolate y las crestas de sirope de fresa. Los pollitos ya están listos para pegarles un bocado.

Los pollitos los suelen tener habitualmente en su pastelería, donde también son famosas las tartas, de ahí el nombre del establecimiento. Tienen un surtido muy amplio y llegan a hacer hasta 120 al día. Destacan que utilizan productos naturales como fruta o nata «de verdad».

El resultado final.

Tienes más información sobre este establecimiento aquí. 

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Aquí la guía de pastelerías de la provincia de Cádiz

Y aqui un video con los desayunos más curiosos de Chiclana, donde se incluye el pollito de La Casa de Las Tartas

 

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