Un cuarto de barra de pan tostado coronada con ingredientes variados a un precio asequible conforman el exitoso bocadillo que el bar Gómez de Rota elabora desde los años ochenta.

No existe habitante de Rota que se precie de serlo que no haya desayunado alguno de los ‘guatangas’ del bar Gómez. Degustar estos bocadillos de nombre y dimensiones casi imposibles forma parte de la idiosincracia del roteño. Las instalaciones de este establecimiento familiar dan buena prueba de ello. Cada día, a partir de las seis y media de la mañana, ‘el Gómez’, como se le conoce popularmente, se convierte en un constante ir y venir de personas que deciden arrancar la jornada desayunando todo un señor bocadillo. De esos de padre y muy señor mío que, cuanto menos, se pueden calificar como contundentes.

“Creo que nuestros guatangas triunfan por su tamaño, un cuarto de barra de pan tostado, y por la cantidad de ingredientes que contienen”, explica Sebastián Gómez, uno de los propietarios del establecimiento. El guatanga original está formado por jamón serrano, queso, aceite y tomate, “aunque nuestros clientes piden mucho más el especial o el completo que también lleva tortilla, mantequilla y jamón york”, apostilla.

Los hermanos Juan y Sebastián Gómez, propietarios del bar Gómez. Foto: CosasdeComé

Los hermanos Juan y Sebastián Gómez, propietarios del bar Gómez. Foto: CosasdeComé

Sebastián no pierde de vista la plancha mientras su hermano Juan entrega al camarero del establecimiento algunos guatangas para llevar. Son las ocho y media de la mañana, hora punta para el negocio de los hermanos Gómez, y la actividad en la cocina no cesa. “A partir de las once se pone la cosa algo más tranquila, pero hay veces que sentimos que no damos a basto. Vendemos unos 300 guatangas al día”, añade Sebastián mientras tuesta algunas piezas de pan.

«¡Un guatanga completo para la tres!», resuena de fondo. Sin dejar de preparar desayunos, Sebastián y Juan rememoran el nacimiento de su famoso bocadillo. El término guatanga se acuñó por primera vez en el bar Gómez en 1986 cuando un cliente asiduo al establecimiento se inventó esta palabra para referirse al tipo de pan que quería para desayunar. “Guatanga no tiene ningún significado. José Manuel Vitalicio era trabajador de la Renault y venía siempre al bar por las mañanas. Un día nos dijo que le pusiéramos ‘un guatanga de esos’ señalando una pieza de pan. Lo hizo medio en broma. Pero nos hizo gracia y nos quedamos con el nombre”.

Después de ese bautismo oficial, llegaron los primeros adeptos al guatanga roteño, en su mayoría trabajadores que buscaban un desayuno donde la cantidad y la buena relación calidad-precio se dieran la mano. Y el suculento bocadillo de nombre sin significado de los hermanos Gómez respondía a esta demanda a la perfección.

Aunque si a alguien debe el guatanga la fama que atesora en la actualidad es a los jóvenes de la Rota de los años 90. Ellos convirtieron el bar Gómez en un auténtico templo de peregrinación tras las salidas nocturnas del fin de semana. “Las madrugadas del sábado al domingo teníamos largas colas para comprar guatangas de esos chavales que venían de fiesta. Recuerdo que en una mañana de domingo llegué a gastar más de doscientas barras de pan”, explica Sebastián.

Interior del bar Gómez. Foto: CosasDeComé

Interior del bar Gómez. Foto: CosasDeComé

Esos jóvenes hoy son adultos y siguen consumiendo guatangas a placer. Visitan con asiduidad el bar Gómez con sus familias para desayunar o invitan a algún que otro amigo o conocido de localidades aledañas para que conozca el establecimiento. “En Sanlúcar, Chipiona y el Puerto tenemos clientes, pero lo que más nos llama la atención es que lleguen personas del País Vasco o Barcelona a visitar Rota y se pasen por aquí”, confiesan los hermanos Gómez.

Y es que la fama del guatanga traspasa fronteras. O alambradas, como la de la Base Naval de Rota. Los bocadillos del Gómez tienen verdaderos devotos entre los militares norteamericanos ya vivan en la localidad o en el interior del recinto militar. “Ellos suelen comer a lo grande, entonces casi siempre piden bocadillos o guatangas completos. Más de uno ha regresado a Estados Unidos y nos ha escrito correos electrónicos para decirnos que echaba de menos desayunar aquí”.

Variedad de guatangas y bocadillos del bar Gómez. Foto: CosasDeComé

Variedad de guatangas y bocadillos del bar Gómez. Foto: CosasDeComé

Para ellos, al igual que para muchos roteños, resulta indiferente si se acompaña de café, zumo o, incluso, cerveza. Donde se ponga un buen guatanga del bar Gómez, que se quite lo demás.

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