La marisquería Gran Avenida de Jerez es un sitio singular. En un mismo espacio combina mariscos frescos y muy bien cocidos traidos de Sanlúcar y Huelva con un repertorio de guisos de cuchara de alto valor «rebañativo»

 

«El Pili me enseño a cocer el marisco. El lo hacía al estilo de «Bigote» y yo lo he seguido haciendo así. «Me gusta quedarme un poquito corto en la cocción, para que las piezas queden jugosas. Por encima le pongo un poquito de sal, cuando se sirven en el plato, porque el marisco tiene que estar sabroso». La frase resulta más llamativa si se tiene en cuenta que quien la pronuncia es un jerezano nacido en la calle Clavel, en el casco antiguo de Jerez.

Carmelo López Contreras tiene 67 años. Está ya jubilado pero cada día acude al mediodía a su cervecería marisquería Gran Avenida que abrió el 20 de abril de 1990. Le gusta que a su bar, toda una referencia en Jerez, se le conozca con el nombre de la «caseta número 0, porque cuando llega la feria todo el mundo para aquí a tomarse un marisquito antes de pisar el albero».

Nos sentamos en una de las mesas de la terraza de su establecimiento. Me ofrece un oloroso «Alfonso» para empezar la conversación. Durante las dos horas de charla Carmelo no para de saludar. Fundamentalmente acude a su establecimiento cada día a comprobar que todo está en su punto y también a charlar con sus amigos, aunque también mantiene intacta una costumbre, a eso de las cuatro a casa para comer con María Luisa, su mujer y la que mejor lia las croquetas del puchero del mundo. De hecho las que se sirven en La Gran Avenida están hechas con su receta, al igual que la cola de toro, «aliñada» con un poquito de brandy de Jerez y que es otra de las especialidades de la casa.

Carmelo López Contreras con alguna de sus especialidades marisqueras. Foto: Cosasdecome

La Gran Avenida es un sitio singular y comenzó casi como un capricho de Carmelo que confiesa que es de comé y que comer cosas buenas es una de sus grandes aficiones: «Me gustan las cosas buenas, no las sofisticadas».  El sitio, remodelado en el año 2018, cuenta con una amplia terraza que da a la avenida Alvaro Domecq, la más importante del Jerez moderno y luego una barra que, hasta que comenzó lo del Coronavirus, era uno de esos sitios que siempre tenían una buena entrada.

Pero lo más singular del sitio no es su estética, ni lo de ser marisquería en ciudad sin mar, sino lo de combinar marisco fresco y a muy buen precio, con un cuchareo de lo más atractivo y jerezano y donde no faltan el rabo de toro, los riñones, el menudo, la sangre en tomate o las manitas de cochino en salsa.

El  Gran Avenida fue uno de los primeros bares que se abrieron en la zona, hoy convertida en uno de los «polos tapeísticos» más importantes de la ciudad. Por entonces sólo funcionaban por la zona La Tasca y El Caballo, muy lejos de la veintena de sitios que hay en la actualidad, algunos de ellos con notable «valor gastronómico».

Vista exterior de la cerveceria Gran Avenida. Foto: Cosasdecome

Carmelo López trabajaba entonces en González Byass y se dedicaba a recorrer media España vendiendo Jereces. «Comía todos los días fuera y conocía muchos sitios, pero mi pasión era el marisco y por eso pensé en poner algo en Jerez. Este local se quedó libre y me lancé a la aventura».  Carmelo no abandonó su actividad en la bodega, ni tampoco lo hizo cuando luego fichó por la famosa firma Pernod Ricart para dedicarse a vender también sus productos. Aprovechó una de sus grandes virtudes, la de dirigir equipos y fichó para llevar el bar a los hermanos Alba.

Al principio solo había marisco. Se lo cocía El Pili en Sanlúcar y lo vendían en el establecimiento. Sólo ponía una condición, que mantiene todavía 31 años después: trabajar con marisco fresco. «Compro poco, pero bueno y para gastarlo en el día. Tengo varios proveedores y me llaman cuando tienen cosas buenas que saben que es lo que quiero». Lo cierto es que el sitio comenzó a convertirse en el local que frecuentaba el «todo Jerez», tanto los vecinos de la zona, la gente bien de la ciudad, como los directivos de las empresas que acudían a tomarse una copa. «Los primeros días nada más que tenía vinos de González Byass, pero a la semana me di cuenta de que tenía que tener todos los vinos y empecé a traer los de todas las bodegas.

Langostinos de la marisquería Gran Avenida de Jerez. Foto: Cosasdecome

Un veterano de la barra del establecimiento señala que «Carmelo tiene dos grandes virtudes. Servir el Tio Pepe casi helado, perfecto, y tirar la cerveza de maravilla». Pero otra de las virtudes de este hostelero, cuya única espinita clavada en el corazón es no haber podido triunfar en El Gallo Azul, un edificio emblemático de la ciudad que compró en 2008 y donde puso un establecimiento con la misma filosofía que la Gran Avenida, pero que tuvo que alquilar porque no funcionaba.

Una de las grandes virtudes de la marisquería es el precio de sus productos. Los «bichos» se venden al peso y en la carta se especifican los precios de los 100 gramos. La gamba de Huelva sale a 70 euros el kilo, el mismo precio que el langostino y las cigalas, de tamaño mediano. Suelen tener también cañaillas y si es temporada galeras, bocas rusas o quisquillas.

Las cigalas, otra de las especialidades de la casa. Foto: Cosasdecome

El marisco está jugoso, muy bien cocido y con un buen punto de sal. Carmelo lo sirve al estilo sevillano, con un poquito de sal gorda por lo alto. Para acompañar piquitos de la panadería de Los Gorriones de Jerez. Pero otro de los éxitos de este establecimiento de Jerez es su capacidad para adaptarse a los tiempos. A los siete u ocho años de abrir, «nos dimos cuenta de que la gente buscaba algo más que el marisco y empezamos a poner unas tapitas, un poquito de ensaladilla de gambas y un poquito de berza que hacia mi hermana Isabel».

Ensaladilla de gambas de la cervecería Gran Avenida. Foto: Cosasdecome

En el año 2012 Carmelo se hace con otro local adjunto a la cervecería y ahí puso una abacería, para complementar su oferta marisquera. Para ponerla en marcha contrató a otro ilustre de la hostelería jerezana, Jesús González González de Quevedo, discípulo de otros dos grandes conocedores del marisco en Jerez, Manolo Sierra, el de Las Bridas y de Manolo González «El Chule». Con esta incorporación, la marisquería ya cuenta con cocina y ofrece más platos calientes. Jesús puso en marcha hace unos meses su propio negocio, La Bocacha, también situado en el «polígono gastronómico» en torno a la avenida Domecq.

Ahora Carmelo, que es «cazador de tendencias», ha dado un nuevo giro a su establecimiento y apuesta por lo de mojar pan. El pasado mes de septiembre incorporó a la casa a la cocinera Mercedes Vega de Francisco, una profesional jerezana nacida en la calle Taxdirt de Jerez, en el barrio de Santiago, hace 54 años. Ya despuntó en su etapa en Lodelui, un bar situado en las inmediaciones y ahora ha incrementado notablemente el gasto de pan de la marisquería con su presencia. Sus manitas de cerdo, de esas que se separan del hueso con facilidad van sumergidas en una salsa de baile por alegrías aromatizada con un poquito de fino jerezano. Atención a las papas fritas bañadas en el unguento salsero que son de sobresaliente. La cocinera se vuelve a lucir con unos riñones al Jerez y no le va a la zaga el rabo de toro con unas papas, están sin mojar en salsa, de seguimiento para los aficionados al género de la papa frita. En la casa suele haber jarrete de ternera guisado, carrillada, cazón en tomate o mollejas y la carta se complementa con algunas frituras de pescado, que también se venden al peso, algunas tostas, un tartar de salmón y un entrecot de ternera por si hay algún carnívoro en la sala.

Otra de las estrellas de la casa son unas pequeñas tortillas que preparan para una o para dos personas. La hacen al momento y llevan patatas y cebolla. Son de las jugositas y llegan a la mesa aún calientes.

Carmelo señala que «vamos a poner en marcha pronto una nueva carta y nuestra apuesta irá por el tapeo y el guisoteo, sin olvidarnos evidentemente de nuestro marisco». Su idea es también reabrir la abacería que ahora tienen cerrada por la crisis del Coronavirus.

La cocinera Mercedes Vega con una de sus tortillas. Foto: Cosasdecome

¿Y cual es la clave de tener las gambas de Huelva frescas a 70 euros el kilo, Carmelo?….pues simplemente ganándole menos, contesta…y se fue a almorzar con María Luisa…le había hecho croquetas.

Horarios, localización, teléfono y más datos de la cervecería y marisquería Gran Avenida, aquí.

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