El buey gallego es una carne escasa y muy apreciada. Según explican desde La Chancha y los 20, está entre los cincuenta manjares del mundo, y ahora se puede probar en este establecimiento de la calle Plocia, al menos hasta que se acaben las piezas que han comprado.

Se trata, según indica Javier Senese, de buey gallego certificado, de siete años y con 70 días de maduración. Han adquirido unos 200 kilos, entre el lomo (que pesa 160) el solomillo y la picaña. Cuando se terminen, finalizarán las jornadas.
La carne puede comerse en chuletones, solomillos (son grandes piezas que rondan los 500 y los 600 gramos) y las hamburguesas que se hacen con la picaña.

Como orientación del precio de los platos, una referencia: el precio de esta exclusiva carne es de 145 euros el kilo, aunque en el restaurante no la venden al peso.

Explican en La Vaca Atada que el suyo sí es buey auténtico certificado: un macho castrado con mas de 48 meses (el suyo concretamente tiene siete años), criado en extensivo, alimentado con pasto y forraje, sin estrés… La grasa es corpulenta, compacta y de color perla y la carne es más sabrosa que la de vaca, «tiene un gusto potente y meloso, muy agradable en la boca y muy fácil de masticar».

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