Tato Vela Sánchez, un veterano hostelero de la localidad y su esposa, Dolores González Alfaro, que está finalizando en la actualidad sus estudios de Cocina pusieron en marcha el establecimiento en el año 2017, aprovechando una casa familiar en el centro de la localidad y donde ya antes había funcionado un hostal y un bar, el de Alfonsito, su padre, y documentado como el más antiguo de la población.
Tat0 y Dolores han aprovechado muy bien el espacio del antiguo bar y también de unas antiguas cocheras. El espacio tiene una pequeña barra con un comedor al lado y un patio interior con plantas, perfectos para las noches de verano. En total unas 50 plazas. La carta es la misma para todo el espacio y lo que se ofrecen son comidas, aunque se puede tomar alguna tapa en la barra. Dolores alterna platos con productos estelares de la provincia como el atún rojo de almadraba o las setas, ambos en temporada, con algunos clásicos locales como la «perolá», también conocido como almuerzo campero (ver receta aquí) o un arroz con pollo de campo que elaboran por encargo. Junto a esto algunas ensaladas más de diseño como una de la que se come hasta el plato o una pasta negra que elaboran ellos mismos y que se sirve con gambas al ajillo. Postres propios. Admiten reservas.
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