Antonio Ramirez y su esposa Ana Chacón pusieron en marcha en 1986 un pequeño establecimiento donde servían bocadillos. El 25 de marzo se trasladaron a la actual ubicación donde han ampliado sus servicios, convirtiéndolo en bar. Ahora es su hijo Antonio Ramírez Chacón el que regenta el local. Lo del Cruyff viene porque Antonio padre era futbolista en su juventud y era conocido como el «Cruyff» de Prado del Rey por su elegante estilo de juego.
El sitio tiene terraza, parte de ella cubierta y luego una pequeña barra. En lo gastronómico la oferta es amplia. Por la mañana, desde muy primera hora, desayunos muy variados y generosos de tamaño, desde el café que se puede tomar en un vaso de sidra hasta bocadillos, también con panes de generoso tamaño o tostadas para untar con diversos tipos de mantecas. También sirven tortas fritas, una especialidad típica de la Sierra de Cádiz.
Luego al mediodía y por la noche tapeo con tapas tradicionales como las albóndigas, la lengua en salsa, pescado frito o unas patatas de la casa que van con gambas al ajillo, huevos fritos y una mayonesa que elaboran ellos mismos. A ello añaden también una amplia oferta de bocadillos, que incluye hamburguesas y perritos calientes. Los platos los preparan también para llevar.
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