La bodega se funda 1838 y a partir de principios del siglo XX pertenece a la familia Gutiérrez Colosía que la tiene en la actualidad.
Es la única bodega que queda junto al río Guadalete. Juan Carlos Gutiérrez Colosía, el director gerente de la entidad y uno de los máximos expertos en vinos de la provincia, resalta que esto da a sus productos un caracter especial. La firma ofrece catas y visitas a la bodega que tiene muchos tesoros enológicos y cosas curiosas que contar. Una de ellas es la historia del oloroso Sangre y Trabajadero, un vino cuyas soleras adquirieron a la bodega Cuvillo y cuya etiqueta han mantenido. Otro producto curioso es el brandy Juan Sebastián Elcano, que siempre va embarcado en el buque escuela de la Marina española y que sirve para agasajar a los invitados. La firma exporta gran parte de su producción al extranjero y cuentan con numerosos premios por la calidad de sus productos. En la bodega se pueden comprar jereces a granel, otra gran peculiaridad. Las instalaciones son visitables. Cerca, la misma familia tiene el bar Bespoke, un curioso local donde se pueden beber sus vinos acompañado  de originales tapas.

Informaciones sobre esta bodega anteriores a 2017, aquí.