Cerró el 31 de diciembre de 2022.
Local singular en forma de tubo y con dos puertas de entrada. En la primera, precedida por una pequeña terraza en la calle, se accede a una zona con mesas y contrabarra que finaliza en una pequeña barra con expositor de tapas. Todo en un estilo rústico moderno. Desde allí o directamente desde la calle se accede también a un patio de aire andaluz con macetas en las paredes y donde viernes y sábados Manolo Guerrero hace paellas delante del público. Además la carta gira en torno a guisos caseros como la carrillada o la fabada con propuestas más originales como una merluza en sobreusa, unos higaditos al amontillado o una tintorera (especie de cazón) también guisada con vino. La tercera pata son las carnes que se ponen a la parrilla. La estrella es la presa ibérica que se hace en una pieza entera y luego se filetea para servirla al cliente. Todo con unas espectaculares patatas fritas de gran tamaño, cremosas por dentro y luego crujientes en el exterior. Estas también se emplean con acierto en los “huevos dejao caer” otra especialidad de la casa que une estas papas con huevos fritos y lonchas de jamón por encima. Postres caseros también con propuestas originales como el banoffe, un postre de origen inglés pero muy popular en el Campo de Gibraltar.
El negocio lo pusieron en marcha Manuel Guerrero Tubio y su mujer Paloma González Chaves. El nombre procede de un vinagre, el primero que se embotelló en Jerez, cuya marca creó el padre de Manuel. Más información sobre la historia de este establecimiento, aquí.
Las croquetas de jamón, la merluza en sobreusa, la carrillada ibérica, el arroz negro, los huevos “dejao caé”, la presa ibérica, el rabo de toro, los huevos marineros
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