El burrimaki es una idea de la emprendedora sevillana Elisa Encina, que abrirá en los próximos meses en Sevilla y en Madrid o Valencia. Son unos rollos de arroz rellenos con babaganush, pringá o atún de almadraba.

 

«Sabe a burrimaki, ni a sushi ni a burrito: tiene la forma y la elegancia del sushi y el sabor y la potencia del burrito. Si al sushi, que está muy bueno pero siempre le tienes que poner soja, le metes por dentro por ejemplo cochinita pibil… eso ya es la caña». Elisa Encina Galnares habla así de su creación, un nuevo producto con el que que llegará pronto a Sevilla, y a Madrid o Valencia. De momento, ya está abierto en Conil.

Vamos por pasos ¿qué es un burrimaki exactamente? Se trata de un rollito, del tamaño de un burrito, preparado para comer con la mano. En el centro está el relleno a elegir, en torno a él la capa de arroz de sushi y, cubriéndolo todo, alga nori o una hoja de soja en función de si el relleno es de carne o de pescado. El burrimaki se envuelve con un papel para poder comerlo con las manos y se acompaña con una salsa especial, una mayonesa, en la que se va mojando. De momento hay tres de pescado (uno con atún de almadraba, otro con salmón y un tercero de langostinos en salsa corma), tres veganos (el chilli con judía Azukis, el dahl, y el babaganoush, estos dos últimos con carne vegana) y tres de carne (de pringá, el de tinga de pollo y el de cochinita pibil).

El burrimaki de cochinita pibil. Fotos cedidas.

Hay tres mayonesas para compañar: de soja y miel (recomendada para pescado) la siracha (para la carne) y la vegana de rúcula y hierbabuena. Hay complementos para hacer más picantes las salsas, y el pedido se puede acompañar también con totopos.

Pero ¿de dónde surgió esta idea? Pues la inspiración surgió en San Francisco. En la ciudad norteamericana hay un restaurante donde Elisa siempre llevaba a sus amigos. Allí sirven esta adaptación del futumaki, que es como un sushi XXL. Elisa ha vivido en los últimos años en Estados Unidos, como consultora de marketing un una start up de Silicon Valley. Esta sevillana estudió Comunicación y Publicidad y tiene un doble máster en Innovación Disruptiva, otro máster en Negocio Internacional… El teletrabajo le permitió volver a España y le dejó las mañanas libres por la diferencia de horario, así que se puso a buscar una idea para emprender su propio negocio… al tiempo que empezaba a formarse en cocina.

La emprendedora Elisa Encina.

Y es que lo primero que le llamó la atención fue la idea de las cocinas fantasma, pero seguía «sin ver el producto que casara con lo que los consumidores estaban pidiendo». Al final, se acordó del futumaki, que se transporta bien y es saludable y versátil. Para desarrollar la idea se apoyó en el empresario sevillano Miguel Ángel Noriega y en el cocinero malagueño Sergio Garrido, premio Borriquete -distinción que concede la asociación de cocineros Los Borriquetes de Conil- en el año 2017.

Tras las pruebas y ensayos, crearon el actual producto, una fusión entre la cocina mexicana (el burrito) y la japonesa (el sushi) donde además tienen cabida otras culturas gastronómicas a través de los rellenos.

De momento, han abierto en Conil, localidad donde siempre ha veraneado Elisa y a la que tiene especial cariño. Allí es donde se está desarrollando una experiencia que le está sirviendo para comprobar las reacciones de los clientes. El establecimiento sirve la comida para llevar y la envía a domicilio, aunque también se pueden consumir allí mismo en dos barras que hay en el exterior.

La emprendedora alaba el personal que está trabajando en este punto de venta, que describe como muy profesional y comprometido con el negocio, unos «cracks», y explica que el principal reto al que se enfrentan en estos momentos es el de dar a conocer el nuevo producto. A nadie se le va a apetecer un burrimaki de repente, si no lo conoce: «hay que crear un ritual en torno al burrimaki, al igual que lo hay para la pizza».

Tras barajar y descartar opciones como unas gastronetas o foodtrucks en el litoral gaditano o una cocina fantasma en la provincia de Sevilla, esta emprendedora ha decidido que la empresa crecerá con despachos propios en otras ciudades. Ya están buscando sitio en Sevilla, donde quieren abrir en septiembre, y la siguiente meta es Madrid o Valencia, donde también están ya buscando un sitio que les permita abrir en septiembre u octubre. La progresión será rápida, porque Elisa tiene muy claro que cuenta con «la ventaja del primer movedor», el first mover que se suele decir en EEUU, y eso hay que aprovecharlo.

Más información sobre el establecimiento de Conil, aquí. 

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