El establecimiento cierra el 4 de noviembre para abrir con una nueva decoración y carta, más identificada con la segunda generación de propietarios.
Se nota que le han dado muchas vueltas, que se han debatido entre conservar el legado de la anterior generación y hacer suyo el negocio. Al final, ha ganado el cambio, pero un cambio moderado, que preserve la identidad de La Herrería de El Puerto.
El establecimiento nació en el año 71 por iniciativa de Francisco Gómez Mateos; el sobrenombre de La Draga le viene de la participación de José García Girón, Pepe el de la Draga. Actualmente está en manos del hijo de Francisco, también Francisco Gómez, la segunda generación al frente del establecimiento. El local no se reforma desde hace 35 años, por lo que ya le hacía falta un cambio de imagen… al que se han resistido porque el bar tiene el aspecto que le dio el fundador cinco años antes de fallecer. Daba pena hacer cambios, pero también era hora de dar el «salto» y hacer el que el local se identificara más con la generación actual. Ya han hecho algunas modificaciones en el exterior y el 4 de noviembre el local cerrará sus puertas para someterse a una reforma que cambiará su aspecto, con la idea de reabrir el 23 del mismo mes.
Francisco prefiere reservar la sorpresa de cómo será el establecimiento una vez reformado, aunque sí da alguna pista con los planos de la reforma diseñada por la decoradora Marta Centeno. En la imagen de arriba, también cedida, se puede ver el aspecto actual.
El cambio no sólo será estético; aunque se conservarán las tapas y platos clásicos que caracterizan la gastronomía del establecimiento, también se está probando con algunas recetas para ir introduciendo cosas nuevas. Entre ellas, por ejemplo, una mini hamburguesa de choco con alioli en pan negro, o la tapa ganadora del la Ruta del Patchwork, la croqueta de pollo con quicos y salsa de manzana.
«Es un negocio con mucha solera, pero también buscamos que nos represente a nosotros», explica Francisco. Un cambio, indica, que también afectará al logotipo del establecimiento.
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