La Marisquería La Traíña acaba de abrir en San Fernando con una oferta singular: además de mariscos y pescados, adquiridos cada día en la lonja de El Puerto, sirven carne de caza, conservas o jamón. Además, funcionan también como tienda.

 

Llega el primer cliente de la tarde a la Marisquería La Traíña y le reciben con unas cañaíllas o unos burgaíllos en vez de las habituales aceitunas; son las doce del mediodía y el establecimiento acaba de abrir, pero la jornada ha comenzado mucho antes para sus dueños, Cristian Bruzón y Miguel Vidal Olveira: empieza a las cuatro de la  madrugada, camino a La Lonja de El Puerto para adquirir los pescados y mariscos.

Los socios han conseguido la licencia para comprar allí y ser ellos mismos quienes seleccionen los productos para el nuevo establecimiento que han abierto en la céntrica Plaza del Rey de San Fernando. Esto les permite escoger personalmente los ejemplares que más les gustan y también ajustar mucho los precios. Por eso, una de sus mariscadas, una mariscada a la plancha que lleva dos calamares de tubo, almejas, navajas, langostinos tigre, gambas y gambones, cuesta 18.95 euros. Y es que levantarse a las 4 de la mañana tiene su recompensa, como conseguir unas nécoras «todas hembras y todas llenas», asegura Cristian.

Esta es una de las singularidades del establecimiento, pero no la única: también venden jamones y conservas de Barbate, sirven carne de caza y despachan marisco, cocido o crudo, para llevar a casa.

Un poco de historia

Este establecimiento, antes comercial (se llamaba Confecciones El Parque), se transformó en marisquería cuando estos dos socios decidieron emprender en el mundo de la hostelería; antes, Cristian era gerente de Carrefour, donde también trabajaba Miguel. Inicialmente abrieron una franquicia, Mar de Gambas, pero al tiempo pensaron dar un giro al negocio para ofrecer una atractivo extra a sus clientes. Así, reformaron el establecimiento y el pasado 2 de diciembre lo reabrieron ya transformado en la Marisquería La Traíña.

El local tiene una ubicación estratégica, en la plaza del Rey, donde cuentan con una terraza. En el interior hay mesas bajas, incluyendo una con capacidad para ocho comensales, y tres mesas altas. Además, hay una barra de 14 metros. En los antiguos escaparates luce ahora una barca con mariscos, además de jamones y conservas.

Lógicamente, tienen marisco y mariscadas (además de a la plancha las tienen cocidas), y pescados fritos (cazón con el adobo de la casa, salmonetes, pijotas, los chocos que traen enteros y limpian…) o a la plancha (lomo de atún rojo, pez espada…), así como coquinas, gambas al ajillo… La carta crece con las sugerencias, es decir, los descubrimientos que han hecho ese día en la lonja.

El frito gaditano jamás soñado

Pero, además, traen carnes de caza de Montecruz, en San José del Valle, por lo que tienen también jabalí guisado, novillo, pluma, largartillo ibérico… y unos jamones al 50% de ibérico de campo de Cristián describe con entusiasmo. De La Chanca de Barbate traen las conservas que utilizan en sus montaditos, como la palometa, el atún al ijar o las huevas de maruca, por ejemplo.

Jamones, conservas y marisco no sólo se pueden probar en el establecimiento; también están disponibles para llevar a casa, y el marisco se puede adquirir tanto cocido como crudo. Esta singular tienda se reforzará en Navidades y tiene, explica Cristian, precios asequibles.

En cuanto a los postres, «son de alta repostería de Medina, traídos todos los días», indica. No faltan el tocino de cielo o la tarta de turrón.

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Quiero probar los distintos sabores de un jamón