Las bodegas César Florido de Chipiona lanzan una nueva saca del fino Peña del Águila, seleccionada de una bota que se considera «única».

 

Nace a a unos 50 metros del Atlántico, y eso se nota. César Florido explica que su bodega chipionera es la más próxima al mar de todo el Marco de Jerez, y eso se da su carácter salino al Fino en rama Peña del Águila, del que ahora lanza una nueva saca tras seleccionar la mejor bota.

Se trata de un fino de Palomino Fino procedente de los pagos de viñas viejas de Miraflores. Tras su paso por cinco criaderas, César Florido cata toda la solera, seleccionando para la saca «la bota que se considera única, para su posterior embotellado, sin tratamientos de clarificación y sin filtros, los 450 litros o 1.200 medias botellas». Por lo tanto es un vino único de 1 sola bota por lote. Se puede guardar y almacenar, ya que en botella mantiene perfectamente sus cualidades organolépticas, explica el criador, almacenista y elaborador de vinos.

Se trata de un vino «peculiar» que la bodega lleva como carta de presentación. Según su nota de cata, es un «clásico adscrito a la modernidad. De color oro pálido con ribetes dorados. Aroma punzante y delicado. Tiene un extraordinario paso de boca, con unos excelentes aspectos aromáticos con recuerdos de madera vieja.
En boca es ligero y suave, algo cálido, sabroso y largo, con toque salobre y grato sabor amanzanillado debido a la proximidad de las soleras junto al océano Atlántico y la procedencia de la uva del prestigioso Pago Miraflores con gran predominio del terruño. La crianza biológica bajo velo de flor, permanece durante todo el año única en el mundo».

Desde la bodega recomiendan servir el vino frío, concretamente entre 12 y 15 grados, y acompañar con él el aperitivo y todo tipo de tapas, en especial aceitunas, frutos secos y jamón ibérico. Explican que es ideal para maridar mariscos y pescados, en especial de aquellos con un marcado sabor salino, como las anchoas, y con los crudos, como el sachimi. Por su bajo contenido en ácido acético, combina «excepcionalmente» con platos de acidez destacada  como ensaladas con vinagreta o adobos y con sopas frías  como gazpacho o ajo blanco. César Florido indica que es «muy utilizado en la alta cocina para macerar y condimentar numerosos platos, a los que añade multitud de matices, alegrándolos y dándole un toque único y personal».

El fino tiene una graduación de 15 grados y se comercializa en botella jerezana de 37,5 centilitros. Se puede adquirir directamente a la bodega a través de su página web por 9,58 euros (enlace aquí).

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