Puerta del Edén es el único restaurante dedicado a esta gastronomía que hay en la ciudad, y no ofrece sólo la yemení: también se pueden probar platos de Arabia Saudí, de Marruecos o El Líbano.

 

Cádiz capital cuenta con un restaurante especializado en comida árabe en el barrio de El Pópulo. No es el primero, puesto que ya hubo algún intento, como el marroquí que hubo en la plaza de San Agustín, pero ahora mismo es el único. De hecho, la falta de una oferta de este tipo en la zona fue lo que decidió a Wasim Amoeiri a elegir Cádiz para abrir su primer negocio.

Wasim ya había vivido en la ciudad anteriormente, por lo que la conocía bien y sabía que en la capital gaditana no existía ningún local dedicado a esta gastronomía. Trabajaba en un restaurante en Sevilla,  y a la hora de abrir Puerta del Edén optó por «cubrir un hueco» en la zona.

El exterior del restaurante, que está situado en el barrio de El Pópulo. Foto de Cosasdecomé.

Él es yemení, aunque su cocina no se limita a la de este país; de hecho, en el establecimiento trabaja también un marroquí, y en la carta se puede encontrar una muestra de buena parte de la gastronomía árabe. Así, en la carta encontramos platos libaneses, marroquíes, yemenís, de Arabia Saudí o de Siria. Son platos halal y además los vegetarianos tienen bastante donde elegir.

Destaca también el horario del establecimiento, muy amplio: abren a las doce del mediodía y la cocina no para hasta las once y media de la noche.

Una cena en Puerta del Edén

Vamos a cenar en el nuevo establecimiento un sábado por la noche; está lleno, pero pronto se queda una mesa libre donde nos acomodan. El local donde han abierto era Garage, y aunque la estructura es la misma, la decoración ha cambiado. Han añadido lámparas de cristales de colores, cuadros con paisajes de Yemen, Egipto o Jerusalén y algunos elementos de decoración árabe. Destaca un espacio que parece pensado para las fotos, una silla con una decoración de estilo árabe a base de molduras. Mesas y sillas siguen siendo las que ya había, con un diseño funcional. El establecimiento cuenta con barra, dos salas y una terraza con vistas a la Casa del Almirante, una casa-palacio barroca.

La carta es amplia y aparte de algunos nombres más familiares -tajine, cous cous, hummus, falafel o baba ghanuch- el resto no nos suena demasiado, la verdad. De todos modos, no hay ningún problema; cada plato viene acompañada por una descripción para que nos hagamos una idea.

El surtido de entrantes. Foto de Cosasdecomé.

Los entrantes, más de cerca.

Como es la primera vez que vamos optamos por un surtido, el llamado Mezzeh, que combina unos cuantos entrantes fríos. Lleva Hummus, Mutabbal (una crema de berenjenas asadas con salsa tahína), Labneh (queso cremoso con aceite de oliva, hierbabuena y sésamo negro), Falafael (una especie de croquetas de garbanzos), Baba Ghanush (crema de berenjenas), Warak Enab (hojas de parra rellenas con verduras y arroz), encurtidos y verduras frescas. Las verduras, colocadas en centro, son lechugas, zanahorias y pepinos.

El plato, que es bastante grande y está pensado para compartir, permite así probar un poco de todo, desde el suave hummus hasta el baba ghanush, que aparece muy bien acompañado por unos granos de granada que le dan un toque ácido. Todas las cremas estaban especialmente buenas, y las que más éxito tuvieron fueron las dos de berenjenas y el queso. También destacable lo esponjoso del falafel. El plato se podía tomar ayudado por las verduritas o por el pan libanés que sirven en el establecimiento.

El plato de cordero lechal.

Decidir el siguiente plato no era tan fácil, pero tras una deliberación (los finalistas fueron el Shish de cordero y el Kabsah árabe saudita) optamos por el segundo. El Shish, unos pinchos de carne a la barbacoa con verduras asadas, se queda para otra ocasión: ganó el Kabsah. Se trata de carne de cordero lechal que se acompaña de arroz basmati con anacardos y con salsa kabsah, y que es la primera vez que probamos. Más arroz que carne, pero la carne está tierna, exquisita. Además, hay como dos tipos, una más magra y otra con más grasa, así que nos acordamos de la pringá del puchero y procedemos a partir y mezclar para que la grasa dé sabor al conjunto: buenísimo. También estupenda la salsa, todo un descubrimiento.

Nos animamos a probar un postre (al final tomamos hasta té al estilo marroquí) llamado Muhalabia, que describen como natillas árabes con dulce de leche y pistacho. Llega en una copa alta y además de los pistachos, viene con cáscara de naranja confitada. La natilla es compacta y muy blanca; no lleva huevo y su principal ingrediente es la leche, lo que se hace notar en el sabor; se trata de un postre suave, ligero.

Final con té al estilo marroquí.

Para que te hagas una idea del resto de la oferta gastronómica del establecimiento, esta es la carta completa:

Nos vamos con las tarjetas de visita en la mano y dispuestos a volver; durante la comida, Wasim nos había contado por que había decidido establecer su negocio en Cádiz, una ciudad hasta ahora huérfana de comida árabe. Después hablamos con él por teléfono para ampliar la información y le preguntamos por su experiencia en el poco tiempo que lleva abierto Puerta del Edén, desde el 10 de noviembre: «Estamos muy contentos, porque vemos a la gente feliz»; asegura que esta nueva oferta ha creado expectación en la ciudad.

Más información sobre el establecimiento aquí. 

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