Los hosteleros empiezan a plantearse la próxima campaña y a preparar los menús. En el sector surgen voces que piden que las celebraciones se alarguen en el tiempo para evitar las aglomeraciones y dejar un tiempo cautelar entre una y otra.

 

¿Qué sería de la Navidad sin esas comidas previas con amigos, compañeros de trabajo, los amigos de tu pareja, etcétera? Pero ¿se pueden hacer igual en tiempos de coronavirus? ¿Qué se están planteando los restaurantes? Hemos preguntado a varios de la provincia y, de momento, seguirán la misma línea que en años anteriores. Eso sí: algunos lanzan propuestas para aumentar la seguridad frente al coronavirus.

La primera pista la da Antonio de María, de la patronal Horeca: las comidas se concentran en exceso en viernes y sábados: «estamos pidiendo a la gente que contraten de lunes a jueves, porque eso permite que se les pueda atender mejor. Todo el mundo tiende a pedir el viernes, pero el mes nada más que tiene cuatro». Y es que, con un aforo más reducido de lo normal por las distancias de seguridad pueden quedarse sin sitio. Distribuir las comidas a lo largo de la semana es, además, una forma de «colaborar» con la hostelería.

Desde el Grupo Arsenio Manila, Raúl Cueto va más allá: no sólo pide que se distribuyan entre semana, sino que comiencen antes, en noviembre. Es, explica, una cuestión de seguridad. «Para salvar la campaña de Navidad, lo que tenemos que hacer es adelantarla», indica.

Noviembre es un mes especialmente malo para la hostelería. Pero no se trata de eso, o al menos no de eso solamente, sino de seguridad frente al coronavirus. A mayor concentración de comidas en un mismo día, más posibilidades de encuentros entre conocidos de diferentes grupos. De hecho, indica Cueto, sería recomendable que las empresas grandes dividieran su celebración en varios días, en lugar de en varias mesas. Pueden hacerlo, por ejemplo, por departamentos.

«No podemos olvidar lo más importante: luego todo el mundo se va a reunir con su familia», advierte. Y es que si no queremos que el coronavirus se cuele en la cena de Nochebuena, antes hay que adoptar precauciones. Entre ellas, explica, distanciar las comidas. Casi todo el mundo tiene más de un compromiso de este tipo. Distanciarlas representaría dejar un tiempo de seguridad entre una y otra. Evitar los concurridos viernes y sábados, dividir las reuniones de empresas grandes en varios días y distanciar las comidas tienen las mismas consecuencias: hacen falta más días. De ahí la propuesta de empezar a organizar estas celebraciones en noviembre y de llevarlas a los días entre semana; Cueto pide a las empresas que colaboren dando una tarde libre a los empleados un día laborable para que se puedan hacer estas comidas; la celebración, de todos modos, no se va a prolongar demasiado: a la una de la madrugada está todo cerrado.

El tardeo

El límite horario es una de las novedades que se encontrarán los comensales que acudan a las comidas navideñas. Actualmente, sólo se puede entrar en los bares hasta las 12:00, y cierran a la una de la madrugada. Si la cena se alarga, apenas da tiempo de tomar una copa en un sitio que no sea el restaurante. Esto ya está haciendo que haya gente cenando más temprano de lo habitual y está fomentando el tardeo: las comidas sustituyen a las cenas y la copa se toma por la tarde.

Para muchos de los restaurantes consultados, esto no es ninguna novedad: en años anteriores ya habían observado la tendencia a realizar estas celebraciones a mediodía. «En ese sentido, los restaurantes no se ven afectados, el tardeo ya era lo habitual», dice De María.

Una comida de empresa navideña, hace unos años, en Arsenio Manila. Foto del establecimiento

Cómo se lo plantean

Volvamos con Raúl Cueto. Este año, los establecimientos del grupo Arsenio Manila seguirán teniendo menús con especial cuidado con las medidas de seguridad frente a los contagios; por ejemplo, analizarán que los platos al centro sean fáciles para repartir entre los comensales.

En Jerez, los Hermanos Grimaldi de Jerez ya han recibido las primeras llamadas de interesados en las comidas; el 80% de los comensales de estas celebraciones repite de año a año en el establecimiento. Este año no tendrán tres menús, sino dos. Por experiencia, saben que los grupos pequeños prefieren comer de carta, por lo que uno de esos menús será con un segundo a elegir y trabajarán en dar más alternativas a los comensales.

Habrá una diferencia más con respecto al año pasado, explica Gonzalo Grimaldi: no aceptarán comidas de más de 20 comensales. Aunque las separen en dos mesas, prácticamente les bloquearía un establecimiento donde se ha rebajado el aforo para garantizar las distancias y cuidar, ante todo, la seguridad.

En El Espejo de Sanlúcar, este año no habrá la cena de Nochevieja que venían realizando años anteriores para evitar la aglomeración de gente.  «Ni nos lo planteamos», explica José Luis Fernández Tallafigo. El resto funcionará igual.

En la Sierra gaditana han tenido un buen verano: mucha gente ha decidido pasar las vacaciones en casas rurales y eso se ha notado. En El Tabanco de El Bosque también hablan de la Nochevieja: siempre han querido reducir el aforo de esta fiesta para dar un mejor servicio, pero era difícil decir que no a compromisos y sentidas peticiones de última hora, explica Sandro Gil. Este año, las normativa hará que la fiesta sea más tranquila. Por lo demás, el establecimiento, que dispone de dos comedores grandes, volverá a ofertar las comidas navideñas de forma similar a la de otros años y con todas las precauciones.

De la ostia al espumillón

«Ahora mismo estamos dando comuniones». En Arteserrano de Cádiz, El Copo de Palmones y Venta Pinto nos contestan con prácticamente las mismas palabras, que vienen a resumir la incierta montaña rusa en la que se ha convertido la actividad hostelera este año. Comuniones en octubre y, a continuación, a colgar el espumillón. En la Venta Pinto de Vejer explican que harán dos menús, como siempre, y que sentarán a los grupos de un máximo de diez… siempre y cuando no haya un nuevo cambio de normativa, explica Cristina Pinto.

El El Copo de Palmones también habrá menús tras una temporada en la que, afortunadamente, no han parado de trabajar. De hecho, según explica Cristina Moreno, ya tienen algunas reservas hechas para las comidas de Navidad.

El Arteserrano de Cádiz ya tiene listo su menú navideño, que muy pronto estará disponible en su página web. Es de los pocos sitios (junto con Hermanos Grimaldi) que otros años han servido tantos almuerzos como cenas, por lo que está por comprobar si finalmente la limitación de horario hace que triunfe el tardeo.

El Campero cerrará el 20 de diciembre, pero hasta entonces atenderá a estas reuniones; aún no están listos los menús específicos, pero los habrá, explica Julio Vázquez.

Patría servirá menús este año por primera vez

En el Restaurante Patría servirán comidas de Navidad. Lo curioso es que es la primera vez que ofrecen estos almuerzos y cenas. Así, alargan la temporada con estas comidas; de miércoles a sábado ofrecerán cenas, y sábados, domingos y festivos, almuerzos. Ase Donso explica que es una forma de seguir en contacto con sus clientes, que muchos años les habían preguntado por estas celebraciones. Y también los trabajadores del restaurante querían hacerlo, así que este año se estrenan con comidas para grupos pequeños.

¿Y los catering?

Hablamos también con Cobos Catering, uno de los pocos de España que han mantenido la actividad durante este tiempo, según explica su propietario, Manuel Cobos.

Otros años, montaban el Mercado de Belen en el Palacio del Virrey de Lasernay de Jerez. Allí celebraban zambombas con unos 200 asistentes, y entre zambomba y zambomba, las comidas de Navidad. Este año, las distancias de seguridad complican este escenario, que además tiene el inconveniente de estar situado al aire libre. Así que Cobos está ahora mismo planteándose trasladar la actividad a un casco de bodega, también en Jerez, para dar cabida a unas 250 personas (el aforo de la bodega es de 800). También habría zambombas, aunque en un formato más de espectáculo para garantizar las medidas de seguridad.

En todo caso, los menús estarán disponibles en la página web de la empresa (ver aquí) en los próximos días.

El propietario de Cobos Catering lleva a gala estas medidas, que incluyen que cada comensal tiene que dar su nombre y teléfono antes de entrar y le toman la temperatura. Con el cumplimiento estricto de estas precauciones han conseguido, por ejemplo, que no hubiera rebrotes en los actos en torno al trofeo de Polo de Sotogrande, con 1.500 asistentes diarios.

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