Juana Guerrero ofrece en la Venta Enrique Estudillo de Benalup platos nuevos que ha ido creando como unas croquetas de tortilla de papas o de tagarninas o un cachopo de venao

 

No es necesario ni ser joven ni haber estudiado en una escuela de hostelería para tener un toque creativo y la mejor manera de demostrarlo se llama Juana Guerrero que el próximo día 28 de mayo cumplirá 72 años y que aún sigue haciendo sus guisos en la Venta Enrique Estudillo de Benalup, uno de los clásicos de esta ciudad gaditana donde la gastronomía se está convirtiendo en uno de sus grandes atractivos.

Juana borda el guiso de garbanzos con tagarninas que, cuando es temporada, sirve con su buena pringá para acompañar. Son famosos también sus filetitos de venao al ajillo que sirve con patatas fritas de guarnición y por las mañanas poen el pan cateto del horno de Benito de Benalup cortado en rebanás de esas de un deo de gordas y que se pueden «repellar» con una manteca colorá que elaboran ellos mismos en el establecimiento.

Pero Juana considera que no es suficiente y a sus 71 años ha creado nuevos platos que se anuncian en folios pegados detrás del mostrador y que junto a la estantería con los paquetes de almendras saladas y el cartelito recomendando el uso de mascarilla anuncian que en el local se sirven croquetas de tortilla de patatas o de gambas al ajillo. Más abajo, sobre fondo verde se recomienda también probar el cachopo de venao que, de todos modos, tiene un guiño al clacisismo porque se acompaña de una fritá de papas.

Croquetas de tortilla de papas de la Venta Enrique Estudillo. Foto: Cosasdecome

Los platos innovadores de Juana se anuncian tras el mostrador. Foto: Cosasdecome

El hijo de Juana, José Antonio Estudillo, destaca la imaginación de su madre que descansa un ratito en el comedor de su casa que está situado junto a las cocinas de la venta.

La cocinera destaca que lo último que ha hecho han sido unas croquetas de tortilla de patatas. «Lo que hago es pochar unas patatas con un poquito de cebolla. Luego añado el huevo, las lio y ya las cubro con pan rallao. No llevan harina». Cuando es temporada Juana hace también croquetas con tagarninas y junto a su hijo José Antonio, han puesto en marcha el cachopo de venao que realizan con filetitos de esta carne de caza. En medio de los filetitos se introducen lonchas de queso semicurado de la provincia de Cádiz y unas lonchas de tocino fresco para darle jugosidad, en vez del jamón, que es lo habitual. El cachopo se vende por medios cachopos (8,50) o cachopo entero 14,50).

El cachopo de venao de la Venta Enrique Estudillo. Foto: Cedida por el establecimiento.

Juana señala que no descarta introducir más platos innovadores en su carta «siempre que gusten a mis clientes».

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