El restaurante de la calle Mina ofrece un recorrido por los platos típicos de la ciudad como el arranque, la urta a la roteña o los pescados de la zona como la corvina o el verrugato. Sirven también una versión muy lograda de la poleá con coscorrones

 

Rota es una ciudad singular y en su gastronomía se ve claramente el cruce de culturas que se ha producido en la población con la llegada de la base de Rota. Hizo cambiar muchas cosas, también en lo que es comé, introduciendo con fuerza formas de comer muy populares en Estados Unidos como las pizzas, las hamburguesas, la cocina callejera mejicana o la oriental.

En la ciudad, los establecimientos que ofrecen comida roteña tradicional han quedado en minoría. Uno de ellos es Casa Emilio, un sitio situado precisamente en la calle Mina, una de las calles típicas de bares de Rota y que también ha visto este cambio. De hecho este restaurante puesto en marcha hace 10 años por la familia Figueroa Arjona es ya el único que queda en esta vía que ofrece cocina típica de la zona.

La familia Figueroa Arjona: Rosa (hija), Domingo, Domingo (hijo) y Rosa posa junto a la vitrina de pescados y la pizarra que figura en la puerta de su establecimiento de la calle Mina. Foto: Cosasdecome

En la pizarra que hay en la puerta de Casa Emilio figuran a tiza platos como el arranque roteño, una variante más densa del salmorejo, o el plato estrella de la cocina de la población, la urta a la roteña, que preparan con verduras acompañando al pescado. Debajo, una vitrina expone lo que ha traído el mar ese día. Suelen tener pescados de roca como pargos, robalos, verrugatos o borriquetes y no falta tampoco otro de los pescados más habituales de la ciudad, la corvina, en diferentes tamaños. «Cuando hay traemos la pardilleja, que es una corvina de tamaño más pequeño y que también gusta por aquí», señala Domingo Figueroa, hijo de Domingo Figueroa y Rosa Arjona, los fundadores del local.

El sitio lo atiende la familia al completo. Domingo y su madre Rosa están en la cocina, mientras que Domingo padre y su hija Rosa se encargan de atender a los clientes en el comedor, donde hay media docena de mesas, y en la terraza con otro número parecido. El nombre del establecimiento se debe a que decidieron mantener el nombre del anterior establecimiento por la amistad trabada con el propietario.

Hay carta, pero Domingo y Rosa van recorriendo las mesas indicando qué es lo que ha traído el mar y qué han preparado especial ese día. Uno de los puntos fuertes del establecimiento son los arroces. «Es mejor pedirlos con antelación -señalan- porque a veces no tenemos fuegos suficientes en la cocina para atender todas las peticiones». Tienen una paella de mariscos, un arroz caldoso marinero y uno negro.

La paella de marisco de Casa Emilio. Foto: Cedida por el establecimiento

La cocina local, aunque con un toque imaginativo, también tiene presencia en la carta con un paté de urta que se acompaña con una reducción de Tintilla, el vino típico de la ciudad.

Domingo señala que lo que más sale, además de los arroces, son los pescados hechos a la plancha y que llevan como guarnición, precisamente, un poco de arranque roteño. También se preparan los pescados a la roteña y tienen frituras como puntillitas, calamares, acedías o tapaculos, un pescado parecido a la acedía y que es muy conocido en la Costa Oeste. Suelen tener también gambas o langostinos de Sanlúcar, estos con el sello de la cofradía.

Para el postre también elaboraciones caseras. Especial atención merece la poleá con coscorrones a la que no le falta su aroma característico a matalauva.

El comedor de Casa Emilio. Foto: Cedida por el establecimiento.

Horarios, localización, teléfono y más datos de Casa Emilio, aquí.

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