El establecimiento, situado a corta distancia de la plaza de la Iglesia, mantiene la tradición de los canapés característicos de la localidad.

 

Los hermanos Eduardo, Álvaro y Javier González Mateos, propietarios del restaurante Bitácora en La Línea, acaban de abrir El Santuario, un bar de tapas ubicado en el centro de la localidad, a pocos metros de la plaza de la Iglesia.

El Santuario se llama así por la proximidad del santuario de La Inmaculada, patrona de La Línea, y se ubica en la calle Méndez Núñez, donde antes estaba en Bar Centro. El local ha sido reformado por completo para acoger el nuevo negocio, y han confiado esta labor a los mismos equipos que ya trabajaron en el Bitácora; todo un acierto, considera Eduardo, porque los trabajos han estado listos en tan solo dos meses.

La obra Las Claves de La Línea. Todas las fotos (también la de arriba del todo) han sido cedidas por cortesía del Diario Área (Fotógrafo: Rubén García)

En la decoración destacan el mural de la ciudad a principios del siglo XX pintado a mano por el tatuador Omar Amaya, y el proyecto fotográfico Las Claves de La Línea, que tiene como motivo las casas centenarias y que es obra de Planito de La Línea. El establecimiento cuenta con una terraza con unas diez mesas. Dentro hay otras catorce, barra y contra barra.

La idea es ofrecer allí un servicio «muy dinámico»: a El Santuario se va a tapear. no hay café, postres ni copas.

El establecimiento ha sido totalmente reformado. Foto cedida por Diario Área (Fotógrafo: Rubén García)

Según explica Eduardo, en lo gastronómico, han trasladado la experiencia de Bitácora «al bar de tapas tan arraigado en el centro de La Línea, donde no faltan los característicos montaditos y canapés»,  a los que dan «nuestra propia personalidad». Cortes de charcutería y quesos, pescados fritos y otras recetas de la zona como los boquerones rellenos son algunas de las recetas que se pueden encontrar en el establecimiento, que no renuncia a introducir elaboraciones más innovadoras como las croquetas con gambones y mayonesa de sus cabezas o las croquetas de berenjenas en tempura con miel de caña y peta zetas de yogur.

La carta (la puedes consultar aquí) comienza con un apartado dedicado a las ensaladillas, con la rusa, salpicón de mariscos, de gambas, ensalada de bacalao y naranja… Después vienen las embutidos y quesos, y después una sección dedicada a los Montaditos de lomo, donde la carne se acompaña de diversidad de ingredientes. Los siguientes montaditos tienen un carácter más internacional: son los «viajeros», donde tienen cabida recetas como el taco mexicano de lomo en manteca o el brioche con pollo al ajillo.

El establecimiento cuenta con terraza. Foto cedida por Diario Área (Fotógrafo: Rubén García)

Tras ellos vienen los canapés, los platos con huevo y las frituritas. También hay unos cuantos guisos, como a carrillera estofada al palo cortado, o las albóndigas en salsa de almendras, y la carta culmina con carnes y pez espada a la plancha y una selección de conservas de Felisa Gourmet.

Colas en la apertura

La apertura estuvo precedida de una preinauguración en la que estuvieron los trabajadores que habían hecho posible El Santuario y amigos de la casa. La apertura oficial al público fue el  miércoles 19 de abril, y les sorprendió la respuesta del público, que hacía cola en la puerta para probar la carta del nuevo local. De hecho, aunque estaba previsto que no descansarían hasta el lunes, tuvieron que cerrar el domingo por la noche por falta de género «y eso que compré el doble de todo», asegura Eduardo.

Horario, teléfono y más información sobre el establecimiento, aquí. 

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