La Barra de Rosario ofrece en Conil una original y divertida cocina en torno a productos como el atún rojo o el retinto. En menos de un año el establecimiento ha logrado ya varios premios en rutas de tapas

 

Conil es uno de los sitios de la provincia con más restaurantes «de producto» por metro cuadrado en la provincia de Cádiz. En sus calles destacan una decena de establecimientos donde la materia prima brilla sola: pescados de roca, atunes, carnes de retinto, mariscos, preparados en sencillo, sin quitarle brillo, reinan en la zona y logran el respaldo de los clientes.

Pablo Núñez, hostelero, sabía que competir en este sector iba a ser complicado así que cuando decidió jugar «en primera división» y construir un restaurante frente a su pequeña taberna «Paralelo 38», que regenta desde el año 2014, optó por ofrecer algo diferente. Para ello se fue a buscar al cocinero «más atrevido» de la provincia de Cádiz, el que quizás refleja de mejor forma el estilo divertido de la zona en su cocina, Mauro Barreiro, que asesora al hostelero en la elaboración de la carta. Hasta ahora, la experiencia no ha podido dar mejores resultados ya que La Barra de Rosario, como decidió ponerle al restaurante en homenaje a su abuela, acumula ya varios premios en rutas gastronómicas del prestigio de la del atún de Conil, la más importante de la provincia o la del retinto, donde acaban de cosechar dos premios, tanto al plato innovador como al tradicional (más informaciónn aquí).

Pero la cocina de La Barra de Rosario no es sólo Mauro Barreiro. El día a día lo vive Pedro Pérez, 38 años. Se inició con 20, estudiando en la primera promoción de la Escuela de hostelería de Conil, pero no llegó a terminar sus estudios porque empezó a trabajar en la cadena Fuerte Hoteles y desde entonces no ha descansado. En su curriculum haber vivido los mejores años del restaurante El Rezón, cuando este era el templo de la vanguardia de la cocina conileña. Ha pasado también por templos del producto como El Roqueo o La Fontanilla. En La Barra de Rosario se trabaja «al riesgo máximo». La cocina es lo primero que se ve cuando se entra en el establecimiento. Está completamente acristalada. También a la vista del público la otra apuesta del local, una parrilla alimentada con carbón de encina y donde se asan cortes de atún rojo de almadraba, pescados y carnes de retinto. El espectáculo puede verse «en directo» desde la «barra japonesa» que tiene el local. Traducido resulta una barra baja en la que los comensales en vez de estar depie están sentados.

La barra japonesa del local. Foto: Cosasdecome

La barra japonesa del local. Foto: Cosasdecome

La estética está muy cuidada. Cada plato lleva una pieza de vajilla diferente para presentarlo y todo llega a la mesa «metiéndose por la vista». En estos días acaban de inaugurar nueva carta. Pedro Pérez la define como «la primera que hacemos, porque lo que teniamos era la de apertura pero con aportaciones que hemos ido haciendo durante estos meses. Esta ya está más trabajada. Ha sido un diálogo continuo con Mauro. El ha aportado cosas y nosotros otras desde aquí. Creemos que ha salido algo muy equilibrado».

Varias cartas

En La Barra de Rosario hay varias cartas que conviven en todo el espacio. Hay una de tapas, otra de platos y una tercera de sugerencias. El apartado de tapas es corto y, además, se aparta del concepto clásico. Hay papas aliñás pero en un canutillo (1 euro) y la ensaladilla está realizada y adornada con unos gambones en escabeche (3,90). Ya luego vienen los platos «muy Mauro Barreiro» como la papa de feria que lleva carne de abanico ibérico o una peculiar pizza que lleva chicharrones de los finos y trufa.

Entre las propuestas en tapa, uno de los platos premiados en la ruta del retinto, un tartar «barbaro». Pedro Pérez señala que «nos gusta prepararlo como lo hacian los vikingos que son los que crearon este plato. No le ponemos huevo a la mezcla y utilizamos para aromatizarlo la salsa Sriracha. Para presentarlo en formato tapa ponemos la mezcla de carne de retinto y sus especias en un cucurucho de pasta wanton.

Suelen tener muchas sugerencias con pescados de roca o ahora, por ejemplo, con setas que están en temporada.

La ventresca de atún, uno de los platos estrella. Foto: Cosasdecome

La ventresca de atún con tocino ibérico y puré de coliflor, uno de los platos estrella. Foto: Cosasdecome

En la carta del atún es donde se ve más claramente la filosofía del sitio. Hay hasta 13 preparaciones. Nada se acerca a lo convencional. No esperen encontrarse un simple vuelta y vuelta. Hay un surtido de crudos (24 euros), versión peruana del tartar (18 euros), una ventresca con polvo de langostinos (17,50) o uno de los éxitos de crítica y público, un trozo de ventresca, que bautizan en el local como «entrecot» que va cubierta por una finísma capa de tocino ibérico. El conjunto se pasa levemente por la brasa y se presenta sobre un puré de coliflor especiado (20 euros).

Para acompañar rebanás de pan de cúrcuma del horno La Cremita de Chiclana y regañás de Don Pelayo de Mairena del Aljarafe. En cuanto a los vinos, Mahou, en lo que es la cerveza, algo poco habitual en la zona y amplia presencia de jereces y vinos andaluces.

El pan de cúrcuma llama la atención. Foto: Cosasdecome

El pan de cúrcuma llama la atención. Foto: Cosasdecome

Junto a ellos los dos premios de la pasada ruta del atún, un trozo de túnido pasado por la plancha y acompañado con berza (18 euros) y unos tacos de barriga presentados sobre un arroz salteado con pequeños trozos de piel de atún (17,50).

El apartado de la carne juega también con la imaginación. La presa ibérica se somete a dos cocciones y el lomo bajo de retinta si va simplemente hecho a la plancha y acompañado de papas arrugás con mojo verde (20 euros). Hay también una versión atrevida de los huevos rotos, en los que las patatas fritas se sustituyen por manzana (15 euros).

El lingote de chocolate, uno de los posres de La Barra de Rosario. Foto: Cosasdecome

El lingote de chocolate, uno de los posres de La Barra de Rosario. Foto: Cosasdecome

En los postres lucimiento con un espectacular lingote de chocolate sobre la que se coloca un helado de avellanas. Ambos van sobre sobre una sopa de chocolate blanco aromatizado con Palo Cortado, uno de los jereces con más personalidad. El toque divertido lo consiguen con unos peta zetas. El plato sale a 6 euros.

Horarios, localización, teléfono y más datos de La Barra de Rosario, aquí.

Más información gastronómica de Conil, aquí.

Pedro Pérez y Pablo Núñez junto a otro de los cocineros del establecimiento. Foto: Cosasdecome

Pedro Pérez y Pablo Núñez junto a otro de los cocineros del establecimiento. Foto: Cosasdecome

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