El establecimiento ofrece pan de La Cremita de Chiclana, y una carta única que permite desayunar, tomar un brunch o un almuerzo en frío.

 

Se llama Malcafé, pero es todo lo contrario: uno de esos establecimientos que ofrecen cafés seleccionados a sus clientes, los llamados cafés de especialidad. Es el primer negocio que abre en Conil de estas características, y abrió este verano de manos de un utrerano y un santanderino, Carlos Sanz y Eduardo Robles.

Ambos tenían un negocio en Bilbao, una franquicia, pero tenían ganas de emprender un negocio al que pudieran dar un toque más personal. A Carlos le tiraba el sur, y comenzaron a buscar el lugar soñado por las provincias de Cádiz, Sevilla y Málaga, hasta que dieron con el local de la calle Antonio Ureba de Conil. El pasado mes de julio, Malcafé abría su puertas en la localidad jandeña.

En este establecimiento no sólo cuentan con los café seleccionados, de tueste artesanal, que van variando  cada dos o tres semanas; abren de nueve de la mañana a las tres de la tarde, y en ese intervalo ofrecen una carta de tostadas, ensaladas o sandwiches, entre otras recetas, que lo mismo sirven para desayunar que para tomar un bruch (un desayuno abundante y tardío) o un almuerzo frío. Los productos están tan seleccionados como el café: pan de La Cremita, leche de Conil… «Trabajamos en la línea de productos naturales, poco procesados», explica Carlos.

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