Las cosas no sólo son buenas por lo que son, sino por cómo se hacen. Este es el caso de la tosta de jamón de La Bodeguilla, uno de los pioneros en el abundante ramo de las tostas, un tipo de tapa bastante extendido en la provincia. Primero, buen pan, nada más y nada menos que el del horno de La Parada de Alcalá de los Gazules, de esos de miga contundente que absorbe cualquier salsa con la misma facilidad que el que tú y yo sabemos nos roba la cartera.

Por lo alto lleva un toquecito de tomate, poco, una cosa sutil de ajo, su mijita de aceite de oliva virgen, que hace el papel de pringante del pan, y luego el jamón, que se calienta un poquito con la plancha, pero sin pasarse para que no pierda su caracter jugosito.

Ya para los partidarios del comodismo tapatológico te lo cortan en pedacitos para que tú sólo tengan que darle el bocao y disfrutar como San Jacobo acostado sobre una manta de papas fritas.

La tosta sale (datos del 28 de diciembre de 2016) a 11,90 euros.

El descubrimiento pertenece a la ciencia de:

Bocadillismo:  la ciencia que estudia los bocadillos entendiéndose por ello cualquier tipo de pan (excepto pan bimbo, evidentemente) que acuna en su interior una o varias  delicias gastronómicas. La tosta se engulle también en esta ciencia.

…y para acompañar