No sé si os acordais de aquel anuncio que decía “empieza el día con energía…”, bueno pues es el que desayune en la Venta Candela de Medina empieza el día con una energía que es capaz de levantar con una mano una excavadora de esas gigantes que se ven en las obras. El desayuno de la Venta Candela no es para milindris. Juan Gutiérrez Sánchez, el propietario del establecimiento, coge las teleras de pan de pueblo de la panadería Santo Tomás de Naveros, traidas del día y en vez de cortalas de la forma habitual, coge y lo hace al bies, un corte sesgado con lo que el tamaño de la rebaná es el doble de lo habitual y puede llegar a medir hasta 42 centímetros. Luego la pone en la plancha de su establecimiento hasta que alcanza un colorcito rubito como de cuatro horas al sol en la playa y…comienza el festival. Juan pregunta ¿que te pongo? y a tí se te va la vista para un frigorífico en el que pueden verse mantecas de todos los colores. Los inspectores se decantaron por la colorá y como si fuera una fachada de un inmueble de cuatro pisos repellaron con maestría la rebaná que quedó de un colorao de lo más atractivo. La calentura que traía la rebaná propició la licuación de la manteca colorá que tornose milagrosamente en un rojo semilíquido de gran atractivo, efecto que incrementose con el olorcito que despedía por los efectos del caló. Como nota final hay que decir que la rebaná cayó entera en un meritorio tiempo de 1 minuto y 23 segundos…y me dieron ganas de comerme hasta las mijitas de miajón que quedaron en el plato.
Las mantecas, tanto las zurrapas como la blanca y la colorá la elaboran en la propia venta. También se puede optar por ponerle aceite de oliva virgen extra. La rebaná gigante de la Venta Candela con su café se cotiza a 2,50 euros (precio a enero de 2022).
Los propietarios de la venta con un ejemplar de telera aún sin partir. Foto: Cosasdecome