El arroz con paloma torcaz del restaurante El Castillo
Tapa
El arroz con paloma torcaz del restaurante El Castillo
Tapatólogo descubridor:
Descripción

Los arroces “sin maquillar” es decir, los que no llevan colorante alimentario para que tengan un color amarillo como la camiseta del Cádiz, me son especialmente simpáticos. Son más auténticos como aquello que cantaba Manolo Escobar de con la cara lavada y recién peiná, pero en versión grano. Este arroz que ponen en el restaurante El Castillo es de esos sin maquillar y se presenta con el color que le da una salsa de verduras (pimiento, tomate, cebolla y zanahoria) en la que se han guisado a fuego lento unas cuantas palomas torcaces. En el Castillo, lo cierto, es que preparan muy bien los arroces con carne de caza. Este de paloma lo preparan tan sólo en temporada de este animal. Ahora lo tienen en carta todos los días ya que se está en temporada de caza de este ave salvaje. El arroz, más bien meloso y de un sabor intenso, se aromatiza también con un poquito de solera 1847 de González Byass y luego está el arte y la experiencia de una veterana cocinera, Manuela González. El guiso se presenta con trozos de paloma. Lo suyo es comerse el arroz y luego lo suyo es hacer una maniobra de “pringamiento” cogiendo los huesos con las manos y a base de bocaos ir cogiendo la carne que tienen. Si lo intentas con cuchillo y tenedor queda mucho más fino pero puedes terminar el plato a las siete de la tarde. Lo suyo es pedirlo, al menos para dos personas y la ración se cotiza a 13,50 euros.

El descubrimiento pertenece a la ciencia de:

Arrocismo polimórfico: Ciencia que estudia la amplia gama de arroces del mundo, incluidos tanto los caldosos, como los melosos, los jugosos…en fin todos los buenosos. El adjetivo polimórfico hace referencia a los tropezones que pueden ser tanto de origen marino como terrestre, incluidos los chicharitos, una de las mejores creaciones de Nuestro Señor, probablemente el séptimo día que es cuando hizo las mejores cosas.

…Y para acompañar

oloroso