La carne “mechá” y todas sus variantes, como esta que ofrece Alejandro Mackinlay, son una forma de preparar la cinta de lomo o también la cabeza. Tiene además una ventaja y es que la carne se conserva varios días en perfecto estado y se puede disfrutar incluso en bocadillos.
- Una pieza de cinta de lomo sin cabeza, (la mía pesaba 1700 gramos.)
- Zumo de cuatro limones.
- Un vaso (de los de agua) de vino “fino Solera” de las bodegas Manuel Aragón Baizán, el Sanatorio, Chiclana.
- Cuatro dientes de ajo.
- Sal.
- Pimienta negra recién molida.
- Albahaca.
- Orégano.
- Aceite de oliva virgen extra.
En el vaso de la batidora, poner los dientes de ajo pelados, el zumo de limón, el vino, albahaca y orégano al gusto, pero sed generosos, un buen chorreón de aceite de oliva virgen extra y batir con la minipimer hasta tener los ajos y las hierbas bien integradas.
Poner la cinta de lomo en una fuente de horno, salpimentar por todos los lados apretando bien con las manos para que la sal y la pimienta quede bien pegadita a la carne. Volcar la preparación del vaso por encima de la carne, meter en la nevera dos horas. Cuando pase una, le damos la vuelta y al sacarlo de la nevera le volvemos a dar la vuelta de tal forma que la parte lisa de la cinta quede hacia arriba.
Metemos en el horno a 200ºC (precalentado), en la parte baja. A los 45 minutos le damos la vuelta, y después de 30 minutos le damos la vuelta otra vez, siempre regando con la salsa. Entre diez y quince minutos después, la sacamos del horno, dejamos reposar 5 minutillos y lista para cortar.
Rebañamos con una espátula la salsa que ha quedado en la fuente y la vertimos en el vaso de la batidora, batimos y debe quedar totalmente emulsionada y bastante espesa, si se quiere se puede añadir un pelín de agua, pero eso, un pelín.
Alejandro dedica esta receta “a mi amiga Elvira, amante de la nueva cocina minimalista”.