El establecimiento de El Colorao vuelve a abrir tras seis meses cerrado en los que el restaurante ha sido sometido a una importante remodelación con la que intentan reforzar su imagen de sitio «kilómetro 0» con una apuesta decidida por los productos y la cocina de la zona

 

La zona de recepción de clientes situada a la entrada de la nueva Venta Melchor simula un antiguo ultramarinos con sus cajones de madera para las legumbres y sus estanterias llenas de conservas. En una cristalera se exponen algunos quesos de «Los Hardales», una quesería situada en Chiclana, a escasos 12 kilómetros de distancia.

En el techo un hueco permite que entre la luz natural como ocurre en la nueva terraza completamente acristalada y donde se alinean una decena de mesas de mantel blanco inmaculado y sillas marrones.

Juan Carlos Almazo y Petri Benitez, los propietarios del establecimiento, apoyados en el mostrador, como los almaceneros antiguos, señalan que «nuestra idea es que los clientes cuando llegan aqui puedan tomar un vino de la zona con alguna chacina mientras esperan a sentarse en la mesa. Queremos que aqui perciban ya lo que le queremos mostrar, lo auténtico, la tierra, los olores a fritá de tomate, un ambiente distendido, como es Cádiz».

Detrás de este «ultramarinos» dos bodegas acristaladas. Una está dedicada a los vinos blancos y otra a los rosados. Están separados en dos frigoríficos diferentes para que cada una tengan la humedad y la temperatura adecuada. Pero al lado está el contraste, una vieja nevera de los años 50 del siglo XX, perfectamente barnizada, gracias a 100.000 capas por lo menos.  Todavía funciona y contiene el agua fresquita y los refrescos. El contraste quiere ser otro de los puntos claves del establecimiento: «Queremos que te puedas comer desde un guiso de calamares en salsa, hasta un plato de investigación basado en el Garum, la salsa romana y en el que juguemos con pescados en texturas más modernas».

El blanco es el color que impera en la nueva Venta Melchor. La luz entra con fuerza en el nuevo comedor de la terraza donde se alinean una decena de mesas cubiertas de mantel blanco y con sillas barnizadas. Dentro en el comedor grande, que también ha sido retocado y reiluminado, hay sillas de colores para dar un aire más divertido a la estancia. Las cocinas se han agrandado de forma considerable con la idea de poder atender mejor a los más de cien comensales que pueden comer en el establecimiento.

La Venta ha estado cerrada seis meses para llevar a cabo esta transformación. El exterior del establecimiento también tiene un aspecto mucho más moderno aunque como una nueva muestra de esta filosofía de los contrastes mantiene el antiguo letreto de azulejos con la frase «Venta Melchor, fundada en 1960. El proyecto ha sido desarrollado por los arquitectos Francisco y Carlos de La Cerda y la decoración ha estado a cargo de un nombre de prestigio ya en la hostelería de la provincia, José Ramón Losada, que ya ha desarrollado establecimientos como Feduchy en Conil, Ramón Pipi en Zahara de los Atunes o El Campero en Barbate.

Detalle de la zona de recepción de clientes del restaurante que simula un antiguo ultramarinos. Foto: Julio González.

Detalle de la zona de recepción de clientes del restaurante que simula un antiguo ultramarinos. Foto: Julio González.

Juan Carlos y Petri explican que «ahora vamos a tener un compromiso aún mayor con el producto cercano». El otro día, explica Petri,  «estuve trabajando con unas habichuelas pias  de Conil, un producto casi extinguido. Ni si quiera las coci, sino tan sólo un refrito y se pusieron tiernas. Tenemos que mostrar estas cosas, presumir de ellas, apostar por los productos de temporada y en esto vamos a profundizar en esta nueva etapa. Por eso hemos hecho esta remodelación para tratar de ser más auténticos».

Una especie de alacena muestra unas vistosas licoreras en un recibidor en el que hay una mesa alta para tomar algo y un sofá de estilo romántico para descansar mientras se espera mesa en el comedor. En el ultramarinos lucen incluso las conservas realizadas en la casa, la fritada de tomate que sirve para dar vida a las salsas.

El restaurante hace ya su propio pan y ahora quieren dar un paso más adelante, tener una huerta que les surta de la mayoría de las verduras que se sirvan en el establecimiento. Es la filosofía que están adoptando los sitios que apuestan por la materia prima.

La idea del restaurante es ir cambiando la carta cada mes, dependiendo de la temporada de los productos. Por decirlo de alguna manera cada mes la Venta Melchor tendrá un «argumento» diferente en torno al cual girarán los platos. Habrá jornadas dedicadas a las verduras, al atún, a los calamares de potera, a los tomates, a los guisos de cuchara…

«Potenciaremos también las medias raciones» señala Juan Carlos Almazo para posibilitar probar más sabores y nuestra idea es crear un menú degustación aunque este sólo se podrá servir los días entre semana. La carta de vinos también va a prestar especial atención a la provincia de Cádiz. «El 95% de loas vinos serásn andaluces. Hemos confiado en Antonio del Mar Sánchez  de Andaluciadevino.com para realizarla y la presencia de vinos de la provncia integrará la oferta principal».

El establecimiento abrirá para mostrar sus instalaciones el próximo jueves 15 de junio y ya el viernes 16 empezarán a funcionar con normalidad, con la carta correspondiente al mes de junio.

Horarios, localización, teléfono y más datos de la Venta Melchor, aquí.

Quiere conocer la historia de la Venta Melchor, pulse aqui.

Aqui la video receta de los chocos con papas realizados por Petri Benitez.

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Petri Benitez y Juan Carlos Almazo en el nuevo establecimiento. Foto: Julio González

Petri Benitez y Juan Carlos Almazo en el nuevo establecimiento. Foto: Julio González

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