Cada tres semanas crea un nuevo sabor, inspirado en un vino en concreto. La pastelería baraja la idea de participar en el Sherry Week llenando su vitrina con este tipo de helados.

 

Todo empezó por una ilustración, la que compartió Bodegas Lustau en sus redes sociales con la receta de un cóctel, el Sherry Cobbler. A Daniel Jiménez, el maestro pastelero de La Rosa de Oro de Jerez, le llamó la intención de inmediato; es muy aficionado a las ilustraciones. Y se le ocurrió que esa bebida, que lleva naranja y frambuesa, bien podía convertirse en un helado.

Así nació, la pasada primavera, el primer de los Sherry Coctail Ice. Cada tres semanas aproximadamente, la propuesta va cambiando. Se hace mano a mano con las bodegas, que hasta ahora han mostrado muy buena disposición; esta disposición está haciendo que la experiencia atesore ya momentos inolvidables, como la visita a Urium con un sorbete de mango en busca del vino perfecto para el maridaje, que resultó ser un oloroso. Esta es la última creación. Antes vinieron el Cream Canasta con mandarina, azahar y canela, el rebujito y sherry cobbler con el que empezó todo.

Cuenta Daniel que hacer estos helados no es fácil, pero esta experiencia le está permitiendo encontrar nuevos sabores que puede utilizar en otras elaboraciones, a través de un I+D que considera fundamental, y más cuando la materia prima son productos de la tierra, de esos que confieren identidad.

Los helados de cócteles, pese a su buena acogida- van cambiando en la vitrina de la Rosa de Oro porque también hay que dejar sitio a los otros, algunos de ellos nuevos esta temporada, como el chocolate rubio, a la piedra o al 70%. Pero esto puede cambiar para la semana del Sherry Week, en octubre, puesto que el pastelero se está planteando presentarse a la iniciativa dedicando toda la vitrina a los helados elaborados con jereces.

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