Las Bodegas Vinificate presentan sus nuevos vinos a los hosteleros de la provincia en la escuela donde enseñan a la uva a «hablar en gaditano», en Fadricas.

 

A Miguel y José Gómez Lucas, hay quien les llama «los hermanos Mahara» por el vino con el que se dieron a conocer, pero también por el entusiasmo rayano en la chalaura sana con el que elaboran sus vinos. Los meten en ánforas, dejan macerar los racimos enteros -con el palito del centro y todo- y lo mismo hacen un vino cien por cien tintilla de Rota que elaboran un espumoso de uva palomino. Sólo les falta ponerle nombre a las cepas de donde salen sus uvas y reniegan de todo aquello que suavice el acento gaditano de sus vinos: las botas de roble francés son estupendas pero… no son de Cádiz. Lo único francés que entra en la bodega Vinifícate es la palabra terroir, que es cuando el producto refleja el terreno donde ha nacido.

Miguel y José, explican los vinos copa en mano.

Miguel y José, explican los vinos. Todas las fotos son de Cosasdecomé.

«Todo lo que pongas externo a a uva va a separar el vino del concepto de terroir. A nosotros lo que más nos seduce de hacer vino es que eres capaz de hacer un producto que te habla del lugar de donde viene», explicó Miguel. Para José, «nosotros lo que intentamos es hacer vinos que hablen en gaditano. Si lo metes en una barrica francesa, chapurreará otra cosa, no será gaditano».

La cata. En primer plano, botellas de espumoso bocabajo para que la levadura se vaya hacia el tapón y pueda eliminarse degollando la botella.

La cata. En primer plano, espumosos bocabajo para que la levadura se vaya al tapón y pueda eliminarse degollando la botella.

Los hermanos recibieron a hosteleros de toda la provincia en sus instalaciones, que están situadas en el polígono insdustrial de Fadricas, en San Fernando, y donde han habilitado recientemente un pequeño despacho de vinos. Los hosteleros pudieron conocer de primera mano vinos que aún están en depósito, en plena elaboración, para comprender cómo se hacen. José y Miguel ponían el acento en la naturalidad de sus vinos, sin más aditivos que los sulfitos que permiten venderlos fuera. «El único ingrediente es uva», aseguró Miguel.

En Vinifícate utilizan ánforas, en plan fenicio, para madurar los vinos.

En Vinifícate utilizan ánforas, en plan fenicio, para madurar los vinos.

Explicaron cómo seleccionan las uvas palomino, buscando variedades antiguas que dan menos uvas, pero saben más. O cómo se degolla el espumoso, dejando en el tapón unas levaduras que -dicho sea de paso- están muy buenas. Los hermanos anunciaron que tienen previsto introducir en un futuro cercano botas de madera para madurar sus vinos, pero seran enormes y con la idea de que alteren lo mínimo posible su sabor; un sabor que, ya sea en versión palomino, tintilla o tempranillo, siempre les acaba quedando un pelín marino, salaíto. Es algo, según explicó Miguel, que a la gente le sorprende siempre y que no creen que se deba tanto a los vientos como a la tierra.

De albariza: una piedra de este terreno, junto con el vino fruto de la uva que crece en él. De albariza: una piedra de este terreno, junto con el vino fruto de la uva que crece en él.

El resultado final de una elaboración tan mimada también se pudo probar: el espumoso Amorro, hecho con el método ancestral (termina de fermentar en botella), hecho de palomino. Los dos vinos blancos macerados Mahara, uno de la tierra arenosa del Marquesado de Chiclana y otro de la albariza del Pago de Maína de Sanlúcar, de unas cepas que estuvieron a punto de arrancarse y fueron salvadas por el interés de esta bodega en hacerse con sus uvas. También el tintilla macerado durante diez meses, con velo de flor, del que sólo han elaborado 280 botellas, y otro macerado del que hay menos de 800.

Los vinos isleños

Los vinos isleños.

Los nuevos vinos ya pueden encontrarse en el mercado, junto con nuevas añadas de las primeras marcas de la casa. Como referencia, indican desde la distribuidora Delatierra, el precio de venta al público de los vinos viene a oscilar desde los 9,30 euros del Amorro blanco hasta los 22,25 del Mahara, pasando  por los 17,50 euros (son precios orientativos, de vinotecas como Baco, donde ya los tienen).

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