Esteros del Guadalquivir quiere compatibilizar sus instalaciones de Trebujena con el turismo gastronómico ofreciendo visitas que incluyan despesques, paseos por las marismas o comidas con sus pescados como protagonistas

La carretera que lleva desde Trebujena hasta las instalaciones de Esteros del Guadalquivir no tiene desperdicio. A medida que se acerca el río van desapareciendo los campos y apareciendo las lagunas. Pájaros elegantes sobrevuelan la escena y algunos patos nadan como para completar la postal de mañana primaveral.

Las instalaciones de Esteros del Guadalquivir ocupan 250 hectáreas, paralelas al río Guadalquivir. La entrada está junto a la famosa Venta Las Compuertas, muy conocida por su pescado de estero vuelta y vuelta y por su arroz con pato. Una cuadrilla de pescadores, todos con traje de neopreno, está a punto de salir hacia las piscinas naturales para hacer la pesca del día. Tan sólo se coge lo que hay comprometido. Lo que se salga del agua a primera hora de la mañana probablemente saldrá de viaje antes de la tarde.

Es lunes y toca coger lubinas grandes, de más de dos kilos. Las piscinas están clasificadas por tamaños. El pescado vive en un regimen que se conoce como de acuicultura extensiva, el más cercano a lo natural. Los peces se alimentan de un aporte de alimentación basado en pescados azules y soja que ellos mismos se administran golpeando con sus cabezas un comedero, pero también toman el plancton, las microalgas y los demás alimentos naturales que encuentran en el agua, lo que le da sabor a su carne. La concentración de peces es pequeña y la mayoría, para alcanzar su peso de más de un kilo, están varios años criándose en esta zona limítrofe con el parque natural de Doñana.

El pescado se saca con redes e inmediatamente se sumerge en hielo. Los animales mueren de inmediato, sin agonía, por el impacto que les produce el cambio de temperatura. La cadena de frío se mantiene hasta su clasificación por tamaños y especies, que se hace en las propias instalaciones y ya en camiones con temperatura controlada sale hacia las instalaciones que la firma tiene en El Puerto de Santa María.

La pesca es una sorpresa. Además de las lubinas que se crían en las piscinas, salen algunas corvinas, lenguados, doradas y otros peces que crecen de forma salvaje en los esteros. La firma también los comercializa.

Una corvina de gran tarmaño pescada en uno de los esteros. Foto: Cosasdecome

Una corvina de gran tarmaño pescada en uno de los esteros. Foto: Cosasdecome

Esteros del Guadalquivir nació hace 25 años. Gestionada desde entonces por la familia Romero comenzaron su actividad dedicándose a las angulas. Luego se reconvirtieron y ahora organizan su actividad en torno al pescado de estero y la comercialización de pescados y mariscos de varias lonjas de la provincia.

Ahora han decidido apostar por la innovación. Han puesto en marcha una página web para vender el pescado en toda España, han iniciado en Sevilla una original venta a domicilio y ahora quieren dar el tercer paso, el de adentrarse en el mundo del turismo gastronómico abriendo a las visitas sus instalaciones.

Cristina Asenjo, 45 años y una larga experiencia en el mundo de los productos gastronómicos, es la responsable de marketing de la firma. «A los clientes le gusta cada día no sólo disfrutar de un producto sino comprenderlo, saber donde se cría, como se alimenta, su historia y eso es lo que queremos aportar», señala.

La idea es explicar las cualidades del pescado de estero pero de forma real, permitiendo visitas a sus instalaciones. Asenjo señala que las posibilidades «son infinitas. Estamos barajando desde recorridos en bicicleta u orientados a ver la fauna y flora de la zona, hasta encuentros más relacionados con la gastronomía como pueden ser desayunos salineros, despesques o comidas temáticas basadas en los productos de estero».

Cristina Asenjo, responsable de Marketing de Esteros del Guadalquivir junto a una de las piscinas. Foto: Cosasdecome.

Cristina Asenjo, responsable de Marketing de Esteros del Guadalquivir junto a una de las piscinas. Foto: Cosasdecome.

El proyecto está ahora en fase de desarrollo «pero nuestra idea sería empezar en pocos meses por lo menos con los primeros programas».

Esta experta en gastronomía señala «que el pescado de estero es muy desconocido y creemos que la mejor forma de darlo a conocer es procurando que los clientes visiten las instalaciones. Es una nueva forma también de negocio pero que en otros sectores como los de las bodega está dando muy buenos resultados.»

Más información sobre Esteros del Guadalquivir y sus innovadores proyectos, aquí.

 

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