Calle Alcalá número 2
En la década de los 60 el cantaor flamenco Rufino García y su esposa, María Erdozain, pusieron en marcha el bar Rufino. En principio el local estaba frente al que actualmente regentan al que se trasladaron a los pocos años. Ahora es su hija Manoli García Erdozain la que regenta el local.
Sitio con encanto situado junto a la carretera que cruza Paterna. Es el típico establecimiento donde se reune la gente del pueblo para tomar café, una copa o incluso jugar a las cartas. Es pequeño, apenas media docena de mesas, decoradas con manteles de cuadros. Fuera también una pequeña terraza. La oferta gastronómica no es amplia pero con personalidad. Especialmente famoso el guiso de conejo de la casa y las cabrillas en tomate. En temporada también tienen tagarninas y espárragos que se pueden comer revueltos. Entre los postres destaca el «pijama», un curioso surtido de todos los postres de la casa que se solía servir en las ventas en la segunda mitad del siglo XX y que hoy en día es dificil de encontrar. Solía llevar flan y frutas en almibar, una composición que sigue manteniendo el establecimiento.
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