Local muy luminoso, decorado en blanco y negro y con ambiente de cervecería. De hecho las mesas, tanto la del salón interior, como las del exterior son de madera con sillas de tijera, simulando a las de las ferias. Cuenta también con una pequeña barra. Por la mañana pan de estilo gallego con cosas para untar y también en bocadillos como el de tortilla. La carta, la misma para todo el establecimiento, se basa en tapas y en platos para compartir y la cocina es tradicional. Alfredo señala que “tenemos una cocina con productos de calidad, sencilla, a precios competitivos y con un servicio rápido”. De la cocina salen tapas variadas que van desde los mariscos cocidos a los aliños, pasando por algunas frituras y guisos. No faltan tapas muy típicas de Jerez, como las mollejas, la carrillada o el aneto (filete de pollo relleno y frito y luego metido en una salsa). Entre las propuestas de más éxito las tostas con pan payés, el crujiente de solomillo, los langostinos a la bechamel, la brocheta de atún, el arroz con gambas, el guiso del día y las papas a la bulería, unas patatas fritas a tacos que van acompañadas de hasta cinco salsas todas mezcladas.
El jerezano Alfredo Carrasco Benitez, abrió el establecimiento el 13 de julio de 2012. El sitio cerró en octubre de 2019. Esta es su primera aventura empresarial en solitario como bar, aunque tiene una dilatada y exitosa carrera que comenzó con 20 años poniendo en marcha junto a su hermano Juan Carlos, Casa Juan Carlos, un establecimiento de gran prestigio en la ciudad. Alfredo también posee un local de copas AlfreDo café y copas en la cercana avenida de Lola Flores.
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