La bodega jerezana había permanecido adormecida en los últimos años: dejó de vender a las bodegas, pero tras lanzar el palo cortado 1/10, reanuda la comercialización de sus otros vinos con un nuevo etiquetado

Cayetano del Pino es una bodega jerezana de finales del siglo XIX cuya actividad fue decayendo hasta que, en los últimos años, quedó convertida en la sombra de lo que fue. La familia ya se había decantado por otras labores agrícolas, y del antiguo esplendor, reflejado en un gran viñedo y tres cascos de bodega, quedaban ya sólo dos de éstos últimos. Ahora, todo tiene cabida en un único casco con un millar de botas y hace años que la firma dejó de comercializar sus vinos.

Indica Jaime Carvajal, de Carvajal Wines, quien ahora se encarga de la comercialización de los productos de  González del Pino (excepto en Jerez y Reino Unido), que en los últimos tiempos ya sólo vendían a bodegas. Cuando la crisis hizo bajar los precios, dejó de hacerlo. Sólo mantuvo un pequeño acuerdo con Lustau. Este cese de actividad no fue total, puesto que los particulares acuden a las bodegas, botella vacía en mano, para llenarlas con los vinos de la casa: el Palo Cortado y el Amontillado Solera. Así, curiosamente, con la actividad bajo mínimos, el boca a boca hizo que el palo cortado de Cayetano del Pino incrementara su prestigio en unos momentos en los que este tipo de vino parece estar en boga.

La cuarta generación, ahora al frente de la firma, ha querido volver a comercializar los vinos. En enero de 2017 anunciaba que volvía al mercado, y lo hacía de una forma muy especial: con el Palo cortado 1/10. Se trata de un vino que ha permanecido en bodega (en 10 botas, de ahí su nombre) sin más reposición que la de las mermas durante más de 15 años y ha sido envejecido durante más de treinta.

Este vino tiene una producción limitada de una sola saca anual y unas dos mil botellas de medio litro. El etiquetado rememora el histórico de Cayetano del Pino y se representa a una vendimiadora con un canasto de uva recién cosechada al hombro.

Ahora, la firma ha decidido renovar el etiquetado de los otros dos vinos de la casa e impulsar su comercialización. El Palo Cortado y el Amontillado Solera fueron presentados en sociedad el pasado día 9 de agosto en el Restaurante del Hotel Antonio de Zahara. Allí pudieron probarlos acompañados unos platos de atún, en un acto que contó con la presencia del conocido cocinero y presentador televisivo José Andrés y de Jorge Trifón del madrileño El Fogón de Trifón, así como el prestigioso enólogo y bodeguero Álvaro Palacios.

El relanzamiento de la que fuera una bodega que en los últimos años del siglo XIX podía presumir por su alto número de viajantes e incluso de teléfonos (nada menos que dos) y el alcance internacional de sus vinos, despierta con nuevas energías y recibiendo ya a restaurantes de fuera de la provincia interesados.

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De izquierda a derecha: Santiago del PIno, Jorge Trifón, Teresa del Pino (presidenta de la bodega), Antonio Mota del Hotel Restaurante Antonio, José Andrés y Jaime Carvajal. Foto cedida por Carvajal Wines.

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