Los Calentitos, abierto junto a la plaza desde febrero, ofrece churros rellenos y también recubiertos de azúcares de diferentes colores.

 

Los Calentitos es el nombre de la nueva churrería abierta, desde el pasado mes de febrero, en la calle Trascuesta, junto al renovado Mercado de Abastos de Sanlúcar. Al frente están dos hermanos, Sandra y José Manuel Jiménez Chavero, dispuestos a demostrar que en esto también se puede innovar.

los hermanos

Los hermanos Jiménez Chavero. Fotos cedidas por el establecimiento.

No es la primera vez que los hermanos trabajan juntos, aunque sí es la primera  que se enfrentan al aceite caliente y a la masa de harina, agua y sal. Estuvieron juntos en el negocio familiar, una tienda de vestidos de novia, hace años. Posteriormente, sus vidas laborales cogieron rumbos diferentes para volver a unirse cuando ella se quedó en paro. El negocio de él, Divertiladia, de animación infantil, se desarrolla básicamente en horario de tarde. Así que buscaron qué hacer juntos y se dieron cuenta de que el mercado, que volvió el pasado año a su ubicación original tras un largo realojo, no contaba con ninguna churrería, una actividad que habitualmente se desarrolla junto a este tipo de equipamientos.

La reinvención laboral de los hermanos iba tomando, pues, forma de churro. Pero antes de ponerse manos a la masa había que aprender, precisamente, a hacer la masa y freírla. Así que fueron a donde el churrero ya retirado Rafael González y le dijeron: «te queremos copiar el negocio». Aquello le hizo gracia, explica Sandra, y entre eso y que les vio «la ilusión en los ojos», decidió enseñarles. Tanto se implicó que les orientó con la maquinaria y en la realización de las primeras pruebas, por lo que los hermanos de Los Calentitos le están muy agradecidos.

La renovación

Con frutas y confeti dulce.

Con frutas y confeti dulce.

Ya con el negocio en marcha y con la parte clásica del negocio controlada, empezaron a plantearse qué hacer para innovar en un mundo en el que parecía estar todo inventado. Empezaron por el azúcar de colores, que da un aspecto multicolor a los churros.  Mezclando azúcares de varios colores crearon el ‘azúcar unicornio’. Después mezclaron azúcar y canela y trajeron sirope de chocolate… Y después vieron que los churros gordos, las denominadas porras, se pueden rellenar. Así que empezaron a hacer estos churros huecos y también crema, chocolate, dulce de leche y fresa para rellenarlos; todas las hacen ellos, explica. Estos churros rellenos se sirven en bandejas de dos, con el relleno a elegir, a 1,5 euros, y la ración individual de churros  normales, a un euro. También venden vasos de chocolate a un euro.

«Le ponemos muchas ganas e intentamos hacer cosas diferentes», explica la churrera. También ‘juegan’ dándole forma a los churros -una flor, un corazón…- que colocan a modo de reclamo, para llamar la atención de los posibles clientes que pasan por esta transitada calle sanluqueña.

Más información sobre este establecimiento, aquí. 

La bandeja de churros rellenos.

La bandeja de churros rellenos.

 

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